Cuando terminamos un entrenamiento de trail running o cualquier otro deporte —especialmente si ha sido exigente—, conviene reponer lo consumido por el cuerpo de la manera más rápida y eficaz posible, de cara a optimizar la recuperación y la asimilación del entrenamiento. En este sentido, un buen recovery nos ayudará bastante, ya que contiene todo lo necesario para poner en marcha la recuperación cuanto antes. Y si encima está rico de sabor, como es el caso del recuperador muscular Santa Madre Sweet Recovery, pues de diez.
COMPOSICIÓN RECUPERADOR MUSCULAR SANTA MADRE SWEET RECOVERY
La base de un buen recovery son los carbohidratos (para reponer lo consumido durante el esfuerzo) y las proteínas (para ayudar a regenerar el daño muscular) y en este caso hablamos de que por cada porción tendremos 31 gramos de los primeros y 13 gramos de las segundas en una proporción 2:1. En cuanto a los hidratos de carbono, el ratio es 1:0,5, que básicamente ayuda a que la absorción sea más rápida y efectiva. Todo bien.
Además de los hidratos y proteínas, este recuperador tiene otra serie de elementos que nos ayudarán bastante, y que los copiamos tal cual porque, si no, seríamos incapaces de decirlos de memoria:
L-Cisteína: aminoácido que reduce la inflamación, el estrés oxidativo, así como el daño muscular causado por el esfuerzo.
L-Leucina: aminoácido que mejora la recuperación muscular y la síntesis proteica reduciendo la degradación muscular.
L-Meitionina: aminoácido importantísimo para mejorar la recuperación y disminuir la inflamación muscular.
Cómo te quedas, ¿eh? Pues que sepas que todo eso tiene este recovery. Ah, y no contiene gluten pero sí lactosa.
SABOR, TEXTURA Y DIGESTIÓN
Entramos en uno de los puntos destacados de esta bebida recuperadora: el sabor. Y es que en Santa Madre han optado por alejarse de los clásicos sabores (limón, vainilla, chocolate…) buscando opciones diferentes y bastante atractivas y que apetecen mucho.
En este caso, los tres sabores disponibles son:
Salted caramel
Watermelon gummy
Vanilla cream
Son sabores que están bastante logrados y que, servidos bien fríos, entran que da gusto, haciendo que el “momento recovery” se disfrute bastante y no sea un mero trámite de “me bebo este líquido porque es bueno y necesario”.
A nivel de textura, comentar que se disuelve bastante bien, aunque puede dejar algún pegotillo de polvos pegado al bidón en el que hagamos la mezcla. En ese sentido, os recomendamos usar un shaker para que se disuelva lo mejor posible. Hace un poco de espuma —como todas las bebidas de polvos cuando las agitas como un demonio— y la mezcla queda 100% líquida, sin nada de espesor.
Por último, a nivel digestivo, la verdad es que cae muy bien. Te lo puedes tomar en pocos tragos que no vas a notar pesadez ni problemas en las tripas.
ENVASE
Este recovery lo vamos a encontrar en un solo formato, que es el de bolsa de 350 gramos y llama un poco la atención que no haya otras opciones como la monodosis (para probarlo) o paquetes de medio kilo o un kilo (por si ya tienes claro cual es el que te gusta).
La bolsa es de material aislante para evitar que se pueda romper o estropear el contenido y tiene un cierre zip para que, una vez empezado, podamos cerrarlo siempre bien y se conserve convenientemente (aunque con el tamaño que tiene y lo rico que está, tampoco os va a durar la vida…).
Como es lógico, incluye un cazo de medida para poder servir los polvos.
MODO DE EMPLEO
Bastante sencillo. Con el cazo que viene en la bolsa hay que servir 50 gramos de polvos en el shaker —o cualquier otro recipiente que te venga bien—. Añadirle agua bien fría (400-500ml) y agitar como si te fuera la vida en ello. Y ale, a disfrutarlo.